Tienen entre cincuenta y ochenta años. Son aquellas mujeres que se dedican a mirar por la ventana, no se sabe muy bien si para controlar al vecindario, para entretenerse o para esperar a las visitas. Visten con bata, de las acolchadicas o de guatica, rosa, fuxia, azulitas... Son vigías de su barrio, cancerberas de la calle, almas de balcón o ventanal... Pasahoras profesionales... Cuando caminas por debajo de ellas, se dan cuenta de que no eres del barrio y te siguen con la mirada con curiosidad, ya que no saben si ibas por ahí o llegas... ¿A dónde?...
Las espías de andar por casa conocen los flujos y movimientos de su calle. Cualquier circunstancia anómala es comentada sobre las lentejas. En cierto modo me producen ternura las reinas de radio macuto.
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