martes, 29 de abril de 2008

New York


Noy hay aros de calamar, pero sí de cebolla, que no están mal.
Bueno, no sé ni por donde empezar, porque el viaje a NY me ha entusiasmado... Éscribiré unas cuantas entregas día a día al ciberaire.
Además el día 23 me publicaron un cuentecillo en el Heraldo, con lo que me fui requetecontenta. No gané un concurso que había de relatos provido por el Heraldo. No obstante, a tres chicas más, además de las dos ganadoras, el jurado estimó que teníamos que ser publicadas, así que feliz.
Además de mi familia, sólo una persona, Santi Gascón el gran psicólogo legal se percató del asunto. Así que ya no puedo decir que no he participado de ese universo tan maravilloso, el de la creación literaria, aunque lo haya hecho de forma muy esporádica y muy humilde, pero que lo dicho: la Soria, feliz. Mi Conchita, mi Marcelo y mi Canelo, los viajeros estelares ya no están olvidados en la galaxia de letras. ¡Bien por ellos!

El cajero estrellado, HA, pagina 51, día 23 de abril. Por Isabel Soria
http://www.heraldo.es/index.php/mod.noticias/mem.detalle/idnoticia.10404
1. ny.
Los edificios.

No sé, pero desde luego algo más tienen, además de altura. Dijo el guía, -que se llamaba como el rey de España- que NY tiene en el subsuelo una inmensa roca que no permite perforar, bueno, si que se puede, pero es más barato construir para arriba que para abajo. No puedes evitar pensar que ya has estado ahí, y es por las pelis, claro. Los rascacielos, peinan las nubes y sólo la idea de llegar a la copa de hormigón te da una sensación de vértigo, y no es lo mismo mirar para arriba que para abajo. Si estás abajo, eres una hormiga más y si estás arriba ves a los otros como una hormiga. Para mi los rozacielos tienen para mi un aspecto algo fantasmal. Sobre todo esos edificios en los que prima el ladrillo sobre el cristal, es decir, los más antiguos. Tal vez sea por las almas de los trabajadores que se llevara la construcción de las grandes moles, o por las respiraciones de los obreros, que habían de subir hasta arriba todos los días dejándose a cada aliento un trozo de vida... Dios mío. No sé, creo que los newyorkinos miraban para abajo más que para arriba, por dos razones: la primera en señal de duelo, concientes del esfuerzo que ha costado ir hacia arriba y la segunda, por la tortícolis.

No sé a causa de qué me acordaba de Lorca. De Poeta en Nueva York. 1929

¡Qué esfuerzo!
¡Qué esfuerzo del caballo por ser perro!
¡Qué esfuerzo del perro por ser golondrina!
¡Qué esfuerzo de la golondrina por ser abeja!
¡Qué esfuerzo de la abeja por ser caballo!

Extraigo este fragmentito, permítamelo Lorca, para hablar del esfuerzo de les ha llevado construir cada vez más alto, aunque nada tenga que vez con el sentido del Poema, Muerte, que le dedica a Luis de la Serna.
Y es que claro. El pobre, quería ser rico. El negro, blanco. El taxista, obrero. El joven, jubilado y el jubilado, joven. Hoy muchos chicos quieren ser chicas y al revés y muchas chinas desean quitarse la rallica de los ojos, no para abrirlos más, sino para ser abejas también. Lorca no sabía -y todos los hemos sabido hace realitivamente poco, que unas pocas proteinas de una cadena de ADN separan a las abejas del caballo-. Lo único es lo del esfuerzo, lo del afán, lo de la voluntad del querer ser, del llegar a...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Isabellll.

Enhorabuena por la publicación, llevo bastantes días de viaje y no me había enterado. Y enohrabuena por este blog, ya puedes contar con un seguidor.
Con respecto a NYC, qué decir... New York es New York. Y punto. Todos los que amamos el cine sentimos siempre allí una familiaridad incomprensible para otros. Pero es que, entre sus calles, uno asiste al escenario cotidiano de muchas historias que de alguna manera hemos vivido.
Un beso, y mucha suerte, ¡¡disfruta de la Gran Manzana!

Anónimo dijo...

Soriaaaa.
Me encanta tu blog. Es como charrar contigo, la misma frescura y genialidad.
Y gracias, ya sabes que me encanta que hablen de mí, aunque sea bien.

Besos.

josefluzo dijo...

Eo! Delgado desde Málaga, de alumno por unos días. Me alegro del blog, ya te tocaba currarte uno. A la vuelta nos vemos!